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El emprendimiento se ha convertido en una característica cada vez más valorada en el mundo actual, las emprendedoras y emprendedores son autosuficientes y generan empleos. Para lograrlo deben desarrollar habilidades importantes como la toma de decisiones, la resolución de problemas y la gestión del tiempo, entre otras. 

Inculcar estas competencias desde una edad temprana es clave para el éxito futuro de los niños y niñas, asimismo, promover una educación emprendedora en las escuelas es fundamental para mejorar su calidad de vida, brindarles autonomía, conocimiento y autoconfianza.

Ulrick Noel, socio fundador de ASEM y Director Ejecutivo del Instituto de Emprendimiento del Tec de Monterrey, considera que “los niños son innovadores por naturaleza, tienen esta curiosidad valiente de preguntar ‘¿por qué?’ la cual es muy interesante, pero la vamos perdiendo a lo largo de los años”.

Sin embargo, en el modelo educativo mexicano no existen programas que fomenten el emprendimiento entre las infancias, aunque cada escuela trata de hacer sus intentos pero todavía no hay una metodología probada. 

Por ello dijo que  “es importante meterles el chip, hacerles conscientes de que tienen una capacidad transformadora. Sí tú les dices a través del juego que pueden construir algo importante, les estás dando un mensaje que puede quedarles grabado y después pueden hacer uso de ese recuerdo para crear algo nuevo y transformar su realidad”.

Una de las habilidades estratégicas para que en un futuro las niñas y niños puedan adentrarse en el camino del emprendimiento es el liderazgo, característica que desarrollan al participar en actividades que les permitan tomar decisiones y dirigir a otros. Esto puede incluir organizar un evento en las escuelas, liderar un grupo de estudio o incluso asumir un papel de liderazgo en actividades fuera de la escuela. 

De acuerdo a la Fundación Educa México A.C. las y los estudiantes que hoy adopten los conocimientos y habilidades para emprender, tendrán las herramientas necesarias para construir un patrimonio que les permita mejorar su calidad de vida y obtener autonomía y una autoestima alta.

Para Manuel del Valle, fundador de Homework y miembro del Consejo Directivo de la ASEM, la responsabilidad y la gratitud son las dos aptitudes que más pueden desarrollar las y los niños con conocimientos sobre emprendimiento en sus primeros años de vida.

“Considero fundamental promover el emprendimiento en las escuelas y en nuestros niños, así como fomentarla innovación e interés por las grandes creaciones que se pueden lograr con acceso a la tecnología. Si ponemos nuestro granito de arena en inculcar el espíritu emprendedor en los niños, podemos ir cerrando la brecha tecnológica que se acentuó con la pandemia”, señaló Del Valle, quien también es miembro del patronato de Fundación Educa México, creadora del proyecto “Ahorra y Emprende”, que desarrolla competencias de educación socio-emocional, financiera y de emprendimiento en niños y jóvenes.

La creatividad, las habilidades financieras básicas y el aprendizaje autónomo son otras de las características necesarias para que los niños, niñas y adolescentes obtengan la confianza necesaria para crear un emprendimiento que, eventualmente podría convertirse en negocio. 

El espíritu emprendedor también es factor importante para el empoderamiento de las niñas, a fin de que las mujeres tengan una mayor participación en la economía formal y el emprendimiento. Hoy en día, 4 de cada 10 empresas en México son fundadas por mujeres, revelan estudios de la ASEM, los cuales también dan cuenta de la brecha en empresas de tecnología, ya que solo 1 de cada 10 son fundadas por mujeres. 

Si bien la idea no es que los niños funden una empresa a temprana edad, sí es conveniente que alcancen su edad productiva con la mayor preparación posible para emprender. Muestra de ello es la capacidad de construir nuevos negocios que demuestran las juventudes: de acuerdo a la última Radiografía del Emprendimiento en México, publicada por la ASEM, el 16.7% de las empresas en México son fundadas por jóvenes de entre 18 y 25 años, y la mayoría de las empresas son fundadas por personas de entre 26 a 35 años. 

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